RESTAUREMOS EL LEGADO DE “JUAN PABLO DUARTE”

Por: @jorgevdeleon

Con motivo de la celebración del 210º aniversario del natalicio de uno de nuestros padres de la patria, Juan Pablo Duarte y Diez, hemos querido escribir nuestro artículo de opinión para esta semana, con un mensaje a la sociedad, la clase política y la juventud dominicana, para que juntos luchemos por restaurar su legado.

Leer o escuchar la frase: “Vivir sin patria, es lo mismo que vivir sin honor” nos retrae al tiempo donde los combatientes, estrategas y propulsores independentistas, luchaban por hacer de la demarcación con mayor porcentaje geográfico de la isla de Santo Domingo, un estado libre, soberano e independiente, a todo costo; sin reservar esfuerzos y solamente anteponiendo los intereses de los que hoy nos denominamos dominicanos.

El legado de Duarte fue construido en base a valores inalienables para tener una sociedad donde prime la voluntad del servicio, el estado de derecho, la democracia plural e individual y sobre todo la soberanía sin dependencia alguna de factores externos que dobleguen o tergiversen la libertad de expresión, actuación y convivencia.

Exiliado, perseguido, enfrentado y abatido por un sinnúmero de ataques en su contra, Juan Pablo Duarte tuvo la firme convicción de que el Estado y la Nación, merecen hombres y mujeres de servicio, con un desinterés particular en poseer bienes, que abracen el poder para administrar y gestar en los niveles mas sanos y proporcionales de justicia; este es un legado construido en base a la participación colectiva, a objetivos propios del conglomerado de la Nación y apegado al sentimiento de continuar avanzando con libertad y democracia.

Al ver, en las últimas décadas, el manejo distorsionado de la función pública, el despilfarro de todo lo que pertenece al Estado, el cumplimiento de agendas mundiales o internacionales y la arrabalización del sistema partidario dominicano, nos pone de frente una República que no ha dado continuidad al legado de nuestro padre de la patria.

Volvamos a los inicios, donde la bandera tricolor y el escudo nacional, enarbolaban un sentimiento patriótico, que nos permitía desarrollar ideas, estrategias y ejecuciones como Nación, en aras de fortalecer la democracia y la soberanía dominicana.

Sería preciso, que cada funcionario, designado o electo; que los lideres de influencia; los comunicadores, la sociedad y sobre todo cada uno de los jóvenes, lleven en sus mentes el siguiente fragmento de uno de los grandes escritos de Juan Pablo Duarte. Cito: “Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazón y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazón conspiran contra la salud de la Patria”.

Dios, patria y libertad. Restauremos el legado de Juan Pablo Duarte.

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