En 2020 se llevaron a cabo en Nigeria las mayores protestas en décadas, cuando miles de jóvenes salieron a las calles para manifestarse contra la brutalidad policial.
Pero el 20 de octubre, el ejército nigeriano abrió fuego contra los manifestantes en la estación de peaje de Lekki, en Lagos, la ciudad más grande y poblada de Nigeria.
A pesar de que el tiroteo fue filmado en teléfonos móviles e incluso transmitido en vivo en Instagram, el ejército niega que haya ocurrido y dice que fue una ‘noticia falsa’.
El gobierno lo ha llamado «una masacre sin sangre ni cuerpos».
Un año después, autoridades nigerianas siguen negando que ocurrieran los hechos.Saltar Quizás también te interese y continuar leyendoQuizás también te interese
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Yemisi Adegoke, de la BBC, estuvo investigando qué ocurrió ese día. Habló con familiares de algunos de los fallecidos, quienes aseguran que siguen buscando respuestas.
¿Por qué protestaba la gente en Lagos?
El Escuadrón Especial Antirrobo, conocido como SARS (sus siglas en inglés), era una unidad de la policía creada en 1992 para combatir una ola de robos armados llevados a cabo por bandas criminales en Lagos y otras ciudades del sur del Nigeria.
Pero con el paso de los años el SARS se hizo conocido por su uso excesivo de la fuerza y brutalidad.
Entonces, en octubre de 2020, un video que supuestamente mostraba a miembros del SARS disparándole a un hombre, y después robándole su auto, se volvió viral.
Las autoridades negaron que el SARS fuera responsable de los hechos. Pero tras años de temores y frustraciones por el escuadrón, se volvió tendencia el Twitter el hashtag #EndSARS (Poner fin al SARS).
Y en pocos días comenzaron las protestas, las más grandes que se habían visto en décadas en el país.
Olalekan Abideen, también conocido como Biggie, solía asistir regularmente a las protestas en el peaje de Lekki, como le contó a la BBC uno de sus familiares, quien prefirió permanecer anónimo.
«No era alguien que guardara rencores, era una persona alegre. En nuestra zona era popular porque era muy sociable y abierto. Cualquier cosa que yo necesitara, él siempre me apoyaba».
«Hay tantas cosas que extraño de él», agrega.
«Le dispararon en las costillas»
A pesar de que el gobierno anunció entonces que disolvería al SARS, las protestas continuaron.
El gobierno declaró que «rufianes» se habían apoderado de las manifestaciones. Y para mantener la situación bajo control, el gobernador de Lagos anunció un toque de queda de 24 horas, que comenzó a las 4 pm de ese 20 de octubre.
Un grupo situado en la estación de peaje de Lekki desafió la orden del gobernador. Entre ellos estaba Victor Sunday.
«Era comediante. Le gustaba hacer comedia y cantar», le dice a la BBC su hermano, Elisha Sunday.
«Mi hermano era muy importante para mí. Era mi mano derecha», agrega.
Cuenta que Victor llegó a la estación de peaje en la tarde y que era la primera vez que asistía a una protesta.
También en ese grupo estaba Abouta Solomon.
«Era un joven muy agradable. Me respetaba», dice su hermano Nathaniel.
«Cualquier cosa que le pidiera hacer, él lo hacía. Él era quien llevaba a mis hijos al colegio y los recogía para traerlos a casa».
Ese día Nathaniel recibió una llamada informándole que le habían disparado a Abouta. Y corrió hacia el lugar.
«Vi una multitud rodeando a mi hermano, que estaba tirado en el suelo», cuenta. «Cuando lo vi, me desmayé».
«Le dispararon en las costillas, por el costado».
Hay un video que muestra a Abouta en el suelo. Fue grabado por su tía, cuya voz se escucha en el fondo.
Días después del tiroteo Nathaniel llevó el cuerpo de su hermano a su pueblo para enterrarlo.
Si existen estas pruebas, ¿por qué algunos siguen refiriéndose a los hechos como «noticia falsa»?
El primero que sembró dudas sobre los eventos de ese día fue el ejército nigeriano, que publicó en Twitter que el hecho era «noticia falsa».
Una semana después admitió que hubo soldados presentes en la estación de Lekki, pero indicó que estos «no abrieron fuego contra ningún civil».
Varias versiones
Posteriormente el ejército cambió su posición por tercera vez.
«Los soldados fueron apedreados al llegar, y respondieron disparando balas de salva al aire», declaró el general de Brigada Ahmed Taiwo, durante las investigaciones de los hechos.
«Sin duda había manifestantes pacíficos, pero también había rufianes que intentaron aprovecharse», indicó.
Cuando se le preguntó si los soldados ubicados en el peaje de Lekki estaban armados con balas de salva y también con proyectiles, el general respondió afirmativamente.
Después de admitir que los soldados estaban armados con municiones, el ejército se negó a responder a nuevas solicitudes para declarar en el proceso de investigación.
Pero, ¿qué ocurrió con las otras autoridades que estaban presentes ese día?
Inmediatamente después del tiroteo, el gobernador de Lagos visitó en los hospitales locales lo que él describió como «víctimas de tiroteos».
También llamó al incidente «la noche más dura de nuestras vidas».
Un médico de uno de los hospitales habló más tarde en televisión de escenas «abrumadoras» cuando decenas de personas con heridas de bala llegaron a su sala de emergencias.
Elisha Sunday recorrió los hospitales buscando a su hermano Victor.
«Estaba buscando [en todas partes]. Incluso busqué en el Hospital General de Lagos y en otro hospital, en muchos lugares… pero no pude encontrarlo. Hasta ahora no lo he encontrado».
«Me gustaría ver el cadáver de mi hermano, porque es mi hermano y se supone que debo enterrarlo», le dijo a la BBC.
Amnistía Internacional calcula que al menos 12 personas murieron en dos lugares de la protesta durante la noche del 20 de octubre.
Pero mucha gente tiene demasiado miedo de hablar. La BBC vio las amenazas que algunos han recibido, con mensajes que les dicen que se callen.
Sin embargo, cada video que se filmó esa noche es una evidencia de los hechos, porque cuando grabas algo en tu teléfono se imprime información, lo que se denomina metadata.
Y también están los testimonios de quienes estuvieron presentes.
«Estaba lleno de gente por todas partes. Y había mucha sangre, esparcida que fluía por todas partes», cuenta Elisha Sunday.
«Los semáforos y las cámaras estaban rotas. Ellos lo destruyeron todo».
Pero el ministro de Información de Nigeria, Lai Mohammed, no está de acuerdo.
«Las pruebas disponibles hasta ahora apuntan al primer caso en el mundo de una masacre sin sangre ni cadáveres», declaró.
Qué ocurrió desde entonces
Así, hasta el día de hoy sigue habiendo algunas personas que sostienen que nadie murió en la estación de peaje de Lekki el 20 de octubre.
¿Qué piensan los familiares de quienes murieron ese día?
«Murió gente, hubo muertos. Yo lo vi», le dice a la BBC el pariente de Biggie.
«Un miembro de mi familia fue asesinado en el peaje de Lekki, ahí es donde lo mataron», agrega.
Pero, ¿cambió algo en Nigeria tras las protestas de gente como Victor, Biggie y Abouta?
En el último año se han creado comisiones a nivel nacional para investigar la brutalidad policial. Y algunas familias han recibido una indemnización por los daños causados por el SARS.
Pero nadie ha sido responsabilizado por los tiroteos en la estación de peaje de Lekki.
«Extraño muchas cosas, porque no hay nadie con quien pueda sentarme y hablar o darnos consejos», dice Nathaniel Solomon.
«Fuimos a esta protesta por nuestro propio bien y por el futuro de nuestros hijos. Si hubiera sabido que algo malo le pasaría a mi hermano, le habría dicho que no fuera a ningún lado».
Aún no está claro quién envió al ejército a la estación de peaje de Lekki y les ordenó disparar contra los manifestantes.
La presidencia ha dicho que continúan las investigaciones sobre el incidente.
Pero un año después, tal vez la pregunta no sea si tuvo lugar el tiroteo, sino quién dio la orden.