Es que la nadadora estadounidense Anita Álvarez se desmayó mientras competía en la final de solo libre, y fue su entrenadora, Andrea Fuentes, quien reaccionó con velocidad para rescatarla a tiempo. Minutos despues del desesperante momento, el equipo de Estados Unidos confirmó que la deportista se encontraba en buen estado de salud.
La secuencia cuadro por cuadro quedó retratada por los fotógrafos que presenciaban la definición, en la que la nadadora oriunda de Nueva York, de 25 años, realizaba su perfomance sin problemas. Hasta que perdió el conocimiento y preocupó a todos los presentes, desde a los espectadores a su equipo de trabajo y autoridades.
Sin embargo, Fuentes se lanzó al agua con celeridad, buscó a su pupila, que se hundía en la piscina, y la sacó a flote. Allí ya se encontró con un miembro de la organización que la asistió para sacar a Álvarez del agua y colocarla en el borde de la pileta, donde recibió las primeras atenciones médicas. El susto generalizado pasó cuando reaccionó a los estímulos.
Tras abandonar la piscina en camilla, la nadadora se recuperó y se encuentra fuera de peligro, aunque como informó el equipo estadounidense será sometida a distintas pruebas en los próximos días para desvelar las causas del desvanecimiento.
La competencia de natación artística la ganó la japonesa Yukiko Inui. Completaron el podio, con la medalla de plata, la ucraniana Marta Fiedina. Mientras que el bronce quedó para la griega Evangelia Platanioti.
Álvarez cuenta con un amplio currículum en la disciplina, con pasado olímpico y fuertes raíces vinculadas a la actividad. Karen, su madre, hizo natación sincronizada y durante treinta años se dedicó a ser entrenadora, incluso de la pequeña Anita, que a los cinco años ya estaba formándose en una piscina. Esta vez no fue noticia por una de sus descollantes actuaciones, sino porque un inconveniente físico la dejó al borde de la muerte. Y fue Andrea Fuentesm su actual coach, quien consiguió salvarla.