La Romana.-el Ministerio Gloria, Reino y Poder, liderado por los pastores Waldo y Zuleika Castillo, celebró la décimo quinta Concentración Evangélica Voz de Dios en la pista de atletismo de la ciudad de La Romana. Bajo el tema «Indetenible», miles de creyentes se congregaron para recibir un mensaje de transformación y reflexión a través de la Palabra de Dios.
En su intervención, el pastor Waldo Castillo abordó con firmeza temas sensibles y de gran relevancia para la sociedad, entre ellos, la corrupción, el clientelismo político y el deterioro moral en la nación.
«En los días de Elías, al igual que en nuestros tiempos, el poder político había contaminado la administración pública mediante el clientelismo y el manejo neopatrimonialista del Estado por parte de las élites gubernamentales. La potenciación del clientelismo como mecanismo de construcción de lealtades viciaba no solo a los poderes fácticos, sino también a la religión de Israel, tal como ocurre hoy», expresó el pastor de manera categórica.
El líder religioso también criticó con dureza la mala instrumentación de los expedientes de corrupción en el sistema judicial, calificándola como «la fórmula mágica usada por fiscales y jueces para favorecer a los corruptos con sentencias favorables».
«Lo triste es que los únicos expedientes mal instrumentados casi siempre son los de los ricos, porque nunca he visto un expediente de un cabezuela, de un miserable o roñoso, mal instrumentado», denunció el pastor Castillo, lo que generó una fuerte reacción entre los asistentes.
Otro de los puntos de su mensaje que recibió gran aprobación fue su reflexión sobre la crisis familiar y la responsabilidad de ambos géneros en la destrucción de los hogares. «No solo la mujer desorientada y desatenta de sus prioridades tiene el potencial de destruir hogares, también lo hacen los hombres machistas, violentos, maleducados, mujeriegos, misóginos, viciosos, desatentos con sus esposas, malos padres, noveleros, borrachines y perezosos», enfatizó Castillo.
La concentración Voz de Dios, que reunió a un conglomerado de creyentes en un mismo clamor por la nación, la familia y la sociedad, continúa posicionándose como uno de los eventos cristianos de mayor impacto en el país.
La multitud, con una sola voz, elevó oraciones y alabanzas, reafirmando su compromiso con la fe y con la búsqueda de un país donde la justicia, la transparencia y los valores morales sean pilares fundamentales para la construcción de un mejor futuro.
